Este 21 de mayo, hace 58 años, falleció en un accidente automovilístico en
México, Andrés Eloy Blanco, insigne poeta, ensayista, dramaturgo,
cuentistas y orador venezolano.
Nacido en Cumaná el 6 de agosto de 1896Sus padres fueron Luís Felipe Blanco y
Dolores Meaño. Su infancia transcurre en la Isla de Margarita hasta que
se traslada a Caracas en 1908 para estudiar en el Colegio Nacional,
regentado entonces por Luis Ezpelosín. Luego ingresa a la Universidad
Central de Venezuela donde se gradúa de abogado en 1918. Desde joven
mostró gran talento literario reconocido en diversos concursos. En tal
sentido, uno de sus primeros poemas, La espiga y el Arado, fue premiado en los Juegos Florales de Ciudad Bolívar en 1916. En 1921, publica su primer libro Tierras que me oyeron;
y en 1923, recibe el primer premio en concurso promovido por la Real
Academia Española de la Lengua, en Santander (España), a la cual
concurrió con su Canto a España, lo que le dio notoriedad internacional.

En sus
escritos, Andrés Eloy Blanco atendió siempre a lo que decía la gente, la
calle, de allí la gran popularidad de sus versos. Como cuentista,
especialmente en La gloria de Mamporal, criticó las famas pueblerinas; como dramaturgo, se asomó en la mejor de sus piezas, Abigail,
a las lecciones bíblicas; como periodista fue uno de los más afamados
columnistas de la prensa venezolana; como biógrafo, se ocupó de la
figura del sabio José María Vargas.
Como
orador político y literario, cautivó a las multitudes venezolanas de los
años treinta y cuarenta, y lo siguió haciendo hasta su muerte en el
exilio. De hecho, su última intervención pública, pocas horas antes de
perder la vida, fue un discurso, en el cual llamó a lo mejor del
espíritu venezolano a seguir viviendo.
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