jueves, 31 de enero de 2013

Muerte de José Félix Ribas


Gráfica - Imagen referencial



Durante la independencia participó en numerosas batallas, pero la más importante fue la Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814, en donde logró parar a las fuerzas realistas de José Tomás Boves con unas tropas poco experimentadas, formadas principalmente por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había logrado reclutar y en cuyo preámbulo pronuncio la famosa frase: ‘‘No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer’’. 

Después de esta batalla, junto con José Francisco Bermúdez ofreció una resistencia heroica al jefe realista Francisco Tomás Morales en Maturín, fueron derrotados. Huyó con un sobrino y un criado, con el objetivo de replegarse tácticamente para preparase y seguir dando la batalla.

Ribas había oído que en Barquisimeto estaba el general Rafael Urdaneta con un buen número de efectivos militares y que se encontraba fortalecido, de manera que hacia allí había encaminado sus pasos con la idea de conseguir elementos de tropas y seguir peleando, y después de haber recorrido un largo camino llega a un sitio cercano a un poblado llamado Jácome, a unos 20 kilómetros de Valle de la Pascua, allí decide enviar al baquiano Concepción González a buscar provisiones. Este hombre en el poblado se encuentra con algunos parientes suyos y le cuenta lo que ha sucedido, la respuesta que recibe es que lo que está haciendo es muy peligroso y que si lo agarran en compañía del general Ribas sería hombre muerto. Este argumento hace preocupar al baquiano y después de pensarlo bien y creer en la posibilidad de obtener una buena gratificación monetaria denuncia al héroe de la Campaña Admirable, quien es apresado en el sitio en que aguardaba su regreso, en tanto que el sobrino y su criado fueron asesinados en el lugar. Ribas pide le lleven ante un general español y es trasladado hasta el poblado de Tucupido, estado Guárico, donde un teniente de apellido Barrojola, que conoce de la valentía y carácter indómito del general Ribas, ordena su muerte inmediata por considerarlo sumamente peligroso.

 

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El cuerpo del general José Félix Ribas es despedazado y cada brazo con su respectiva mano es colgada en árboles que bordean el camino real, de igual manera sus miembros inferiores. Su cabeza frita en aceite es enviada a Caracas a donde llega el 14 de marzo de 1815 y es exhibida en la Plaza Mayor durante dos semanas.

El 31 de enero de 1815, tras haber sido capturado y sometido a numerosas vejaciones por parte de sus captores, fue fusilado en la Plaza Mayor de Tucupido, estado Guárico, José Félix Ribas, general en jefe del ejército libertador, héroe de nuestra independencia y uno de los más grandes patriotas de nuestra historia.

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