Durante la
independencia participó en numerosas batallas, pero la más importante fue la
Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814, en donde logró parar a las
fuerzas realistas de José Tomás Boves con unas tropas poco experimentadas,
formadas principalmente por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había
logrado reclutar y en cuyo preámbulo pronuncio la famosa frase: ‘‘No podemos
optar entre vencer o morir, necesario es vencer’’.
Después de esta batalla,
junto con José Francisco Bermúdez ofreció una resistencia heroica al jefe
realista Francisco Tomás Morales en Maturín, fueron derrotados. Huyó con un
sobrino y un criado, con el objetivo de replegarse tácticamente para preparase
y seguir dando la batalla.
Ribas había oído que
en Barquisimeto estaba el general Rafael Urdaneta con un buen número de
efectivos militares y que se encontraba fortalecido, de manera que hacia allí
había encaminado sus pasos con la idea de conseguir elementos de tropas y
seguir peleando, y después de haber recorrido un largo camino llega a un sitio
cercano a un poblado llamado Jácome, a unos 20 kilómetros de Valle de la
Pascua, allí decide enviar al baquiano Concepción González a buscar
provisiones. Este hombre en el poblado se encuentra con algunos parientes suyos
y le cuenta lo que ha sucedido, la respuesta que recibe es que lo que está
haciendo es muy peligroso y que si lo agarran en compañía del general Ribas
sería hombre muerto. Este argumento hace preocupar al baquiano y después de
pensarlo bien y creer en la posibilidad de obtener una buena gratificación
monetaria denuncia al héroe de la Campaña Admirable, quien es apresado en el
sitio en que aguardaba su regreso, en tanto que el sobrino y su criado fueron
asesinados en el lugar. Ribas pide le lleven
ante un general español y es trasladado hasta el poblado de Tucupido, estado
Guárico, donde un teniente de apellido Barrojola, que conoce de la valentía y
carácter indómito del general Ribas, ordena su muerte inmediata por
considerarlo sumamente peligroso.
El cuerpo del
general José Félix Ribas es despedazado y cada brazo con su respectiva mano es
colgada en árboles que bordean el camino real, de igual manera sus miembros
inferiores. Su cabeza frita en aceite es enviada a Caracas a donde llega el 14
de marzo de 1815 y es exhibida en la Plaza Mayor durante dos semanas.
El 31 de enero de
1815, tras haber sido capturado y sometido a numerosas vejaciones por parte de
sus captores, fue fusilado en la Plaza Mayor de Tucupido, estado Guárico, José
Félix Ribas, general en jefe del ejército libertador, héroe de nuestra
independencia y uno de los más grandes patriotas de nuestra historia.
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